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Gestos del Gobierno a los enemigos de Moyano en la CGT
(La nacion)
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Exultante y con un impoluto bronceado invernal, el secretario general del
gremio de los empleados de Comercio, Armando Cavallieri, se mostraba como un
anfitrión satisfecho: regalaba sonrisas por doquier para los flashes. Héctor y
Rodolfo Daer, cabezas de los gremios de Sanidad y de Alimentación,
respectivamente, departían con algarabía, ademanes incluidos. Oscar Lescano, de
Luz y Fuerza, y Andrés Rodríguez, de UPCN, hacían lo propio en otro rincón.
Las imágenes, registradas ayer en el predio de Parque Norte, daban cuenta de
una fiesta sindical de alta alcurnia: la de "los Gordos" (grandes
gremios). El ala del sindicalismo históricamente enfrentada con el líder de la
CGT, Hugo Moyano, tenía motivos para el festejo: la presidenta Cristina
Kirchner los visitó en el predio que Carlos Menem le cedió a Cavallieri y les
ofreció un contundente gesto de respaldo político en momentos en que la figura
de Moyano avanza en la estructura peronista de la provincia de Buenos Aires.
El motivo de la visita presidencial fue el anuncio de la inauguración del
sanatorio de alta complejidad Sagrado Corazón, perteneciente al sindicato de
Comercio.
"Los trabajadores en general y los de comercio deben sentirse orgullosos
de una obra social que proporciona esta cobertura de alta complejidad que antes
estaba reservada para los ricos", elogió la Presidenta desde el palco que
preparó Cavallieri.
El Gobierno, de todos modos, buscó minimizar el guiño a los detractores de
Moyano en el sindicalismo. "Nosotros no nos metemos en las disputas
internas de los sindicatos. Es un tema de ellos. Estamos aquí porque el tema lo
amerita", dijo ante la consulta de LA NACION el secretario general de la
presidencia, Oscar Parrilli, que escoltó a Cristina Kirchner en Parque Norte.
"Cómo es posible que todavía haya gente en la Argentina que siga
dudando de la conveniencia de la organización sindical", dijo la jefa del
Estado. Y prosiguió con las palabras elogiosas a Cavallieri. "Obras como
ésta nos dan la idea de lo que han significado en la historia del país el
surgimiento de los sindicatos y del trabajo, de los regímenes de pleno empleo,
de las negociaciones colectivas y mejoras salariales", sostuvo.
La Presidenta no perdió oportunidad para elogiar, además, el modelo.
"Esto puede hacerse en un país en crecimiento, donde cada vez hay más
trabajadores registrados con mayor poder adquisitivo", dijo. Y agregó:
"Esta obra es impensable en un país con dos dígitos de desocupación, endeudamiento
externo, sin convenciones colectivas y un instituto del salario mínimo, vital y
móvil".