Preocupación presidencial por el impacto en el frente externo
Una de las consultas más desesperadas de la presidenta Cristina
Kirchner en estos días de tensión fue a su canciller, Héctor Timerman.
Quería saber si la ofensiva contra empresas del Grupo Clarín y
accionistas privados de Papel Prensa podía causarle estragos en su
política exterior, ahora cercana a los Estados Unidos. "Timerman le dio
garantías de que puede manejar el frente externo", dijo a LA NACION una
alta fuente oficial.
El mismo canciller que se definió como "barrabrava" y ataca por la
red Twitter a periodistas y a Papel Prensa es la apuesta de Olivos.
Sólo después de explicar el alcance del ataque a Fibertel y Papel
Prensa en un traslado relámpago a Washington, Timerman pudo confirmar
un viaje clave de Cristina Kirchner a la República de Alemania entre el
1° y el 7 de octubre próximo. La magnitud del conflicto con los diarios
hizo temer en la semana entre empresarios germanos que tambaleara esa
gira que incluirá Portugal.
En el interior de Olivos, en tanto, el ex presidente Néstor Kirchner
y su esposa discutieron hasta último momento por el alcance del ataque
a los diarios Clarín
y LA NACION por el control de Papel Prensa. Kirchner era partidario de
ir a fondo y obligarlos a vender parte de sus acciones en la productora
de papel.
Finalmente, ella optó por enviar un proyecto de ley al Congreso para controlar la elaboración.
"Kirchner quiere chavizar hacia adentro en la política
doméstica. Cristina quiere hacer un giro a la derecha en la política
exterior, para lograr inversiones, insertarse en los mercados, acordar
con el Club de París, colocar deuda y lograr aprobación internacional",
señalaron ayer a este diario fuentes cercanas a Olivos.
La radicalización de Kirchner obedece a que esta agenda externa de
su esposa, muy afín a los Estados Unidos, la obligará a tomar distancia
del presidente bolivariano de Venezuela, Hugo Chávez.
Lo que peligraría es el electorado de centroizquierda. Por ello,
luego de la denuncia pública de la Presidenta a Papel Prensa, el ex
presidente dejó trascender también que el ataque contra la prensa no
tiene retorno y que urde una venganza contra los empresarios de otras
ramas: el faltazo de la UIA y AEA a la presentación del informe "Papel
Prensa, la verdad" terminó de alterar el temperamental humor de
Kirchner. "No los va a perdonar así de fácil", comentaron usinas bien
informadas de la Casa Rosada. Una brecha entre Cristina Kirchner y su
esposo se insinuó en las últimas horas.
Paños fríos
Así como ella frenó en seco el martes mismo el anuncio de
intervención en las acciones de privados en Papel Prensa debido al
diálogo que Timerman tuvo el lunes último en Washington -el
Departamento de Estado alertó sobre el cuidado de la libertad de
prensa-, ahora Cristina Kirchner intenta poner paños fríos en la
batalla de su marido contra empresarios y sus cámaras.
El costo político de esas ausencias lo está pagando en el interior
del Gobierno el secretario de Comercio, Guillermo Moreno, que presionó
a los dirigentes para que asistieran. El conflicto se trasladó al
Consejo de las Américas: el presidente de Fiat, Cristiano Rattazzi,
reclamó "seguridad jurídica".
Preocupa entre los ejecutivos los ataques a Papel Prensa y Fibertel,
la intimación a Cablevisión (las dos últimas del Grupo Clarín) y los
bloqueos a Siderar por parte de los camioneros de Hugo Moyano.
"Mientras Kirchner busca desquite de empresarios locales, ella
quiere seducir a empresas alemanas para que inviertan aquí", dijo a LA
NACION una fuente de la Cancillería. La Presidenta hará un raid por
Fráncfort, Berlín y Hannover, en procura de despejar dudas. La
afluencia de capitales -cree ella- es clave para cambiarle la cara a su
gestión y para ganar las elecciones de 2011. Disertará para ello en el
seminario sobre "Oportunidades de negocios" entre ambos países. Irán
los principales ejecutivos germanos.
En una reunión con la canciller alemana, Angela Merkel, la
Presidenta buscará ayuda para alcanzar el ansiado acuerdo por la deuda
con el Club de París, paso clave para la llegada de fondos frescos. Su
paso por Alemania, dicen, se destrabó tras reunirse con la secretaria
de Estado de los Estados Unidos, Hillary Clinton, y con el presidente
Barack Obama. El ataque a la prensa generó ruido. Pero la afinidad en
la lucha contra el terrorismo global fue capitalizada por Timerman. La
Presidenta viajará, además, a Chile, el 17 y 18 de septiembre, y dos
días después, a Nueva York para participar en la Asamblea de la ONU.